MALTRATO INFANTIL




Tener hijos no lo convierte a uno en padre,
del mismo modo en que tener piano no lo
vuelve pianista

Michael Levine






Diferentes formas de actuación según el tipo de maltrato



El maltrato prenatal

Cuando una mujer está embarazada, tiene que ser consciente de que sus hábitos de salud trascienden y tienen influencia sobre el desarrollo del niño que está gestando. Hay determinadas sustancias que afectan directamente al feto por traspasar la barrera placentaria: evitar sustancias nocivas, cuidar la alimentación, higiene, descanso, etc son necesarios para el bienestar de el hijo que está gestando. Su observación es una cuestión de responsabilidad. Aqui tienes conductas de MALTRATO PRENATAL



El maltrato psicológico

El maltrato psicológico tiene muchas veces sus bases en la negligencia física por parte de los progenitores: no es simplemente el grito o el insulto, es el dejar al niño como si fuera un objeto, sin preocuparse de sus necesidades de higiene, juego, alimentación y atención. Son padres que consideran a los niños algo molesto, que tienen que obedecer siempre y ante todo, no molestarles. No les escuchan, no les valoran como personas, y sólo quieren que sean lo menos visibles posibles. Aqui puedes ver indicadores del maltrato psicológico

Maltrato físico

Desgraciadamente el maltrato físico de los menores es muy frecuente. Hay padres que creen que educar es pegar para corregir conductas. Consiguen niños asustados e infelices, niños que crecen en un clima de terror.

El maltrato físico tiene diferentes magnitudes, desde el que utiliza el zarandeo o el cachete por sistema a auténticas aberraciones más fruto de una personalidad sádica y delictiva.
Los niños que son maltratados jamás hablan sobre ello. Suelen ser niños que viven esta terrible experiencia como un secreto, en la que se sienten en cierta forma culpables, ya que les enseñan que es por su culpa, que se merecen el castigo. Aquí puedes ver más sobre el MALTRATO FÍSICO

Si sospechas que un niño puede estar sufriendo maltrato físico, puedes ver si existen estos INDICADORES FÍSICOS. Los niños que están sometidos a maltrato físico, tienen conductas que nos pueden dar indicios de que algo está ocurriendo: INDICADORES COMPORTAMENTALES maltrato físico.

Abuso sexual

El abuso sexual es desgraciadamente un hecho que se produce con relativa frecuencia. No es necesario que el abuso se cometa en grado extremo, hay muchas formas de abuso sexual pero siempre dejan secuelas en los niños. Habitualmente éstos no lo dicen: miedo a no ser creídos, miedo a ser culpabilizados, miedo a las consecuencias...sin embargo a través del peritaje de menores, se pueden hallar indicios de abuso que sirvan para ayudar al menor a hablar sobre lo sucedido, y a partir de ahí, darle el apoyo psicológico que necesitan.

Aquí puedes ver más sobre el ABUSO SEXUAL y los INDICADORES FÍSICOS MÁS FRECUENTES. Igualmente te ofrecemos información sobre el PERFIL PSICOLÓGICO DEL PEDERASTA

Síndrome de Munchaüssen por poderes: la enfermedad mental puede acabar con la vida del niño


¿Madre sobreprotectora? ¿hipocondríaca?. No, nada de eso. La persona (habitualmente mujer) que presenta un Síndrome de Munchaüssen, ha perdido el contacto con la realidad y su propia necesidad de atención por parte del personal sanitario le hace poner en grave riesgo la vida de su hijo. Aquí puedes leer sobre el SÍNDROME DE MUNCHAÜSSEN

AREAS DE INTERVENCIÓN EN MALTRATO INFANTIL



MALTRATO PRENATAL



Maltrato prenatal

Falta de cuidado, por acción u omisión, del cuerpo de la futura madre:

o Maltrato físico dirigido a la madre o al feto por parte del padre/compañero.

o Negligencia en la atención de las necesidades básicas de la madre por parte del padre/compañero.

o Exceso de trabajo corporal.

MALTRATO PSICOLÓGICO O EMOCIONAL


Negligencia física


Ostenta una constante falta de supervisión, especialmente cuando el niño realiza actividades peligrosas.

Mantiene unas condiciones higiénicas y/o de seguridad en el hogar peligrosas para la salud del niño.

Exterioriza pobreza, ignorancia, incultura.

Abusa de drogas y/o alcohol.

Es promiscuo, practica la prostitución/ proxenetismo o su medio de vida es la delincuencia.

Muestra apatía o nulidad.

Está mentalmente enfermo o presenta bajo nivel intelectual.

Tiene una enfermedad física crónica.

Existe el antecedente de malos tratos o negligencia en la infancia.

Antecedente de separación prolongada madre/ padre-hijo.

Muestra poca preocupación por los controles sanitarios del niño.

Realiza un seguimiento inadecuado de las enfermedades agudas o crónicas del niño.

Incumple los tratamientos médicos prescritos al niño.

Se despreocupa por las enfermedades discapacitantes del niño.

Muestra poca preocupación por la higiene y alimentación del niño.

Muestra poca preocupación porque el niño lleve un vestuario adecuado a la climatología.

Tiene un exceso de vida social y profesional.

Tiene y practica convicciones y creencias extremas (nutricionales, religiosas, culturales).

Compensa con bienes materiales la falta de cuidado y atención de las necesidades básicas del niño.

INDICADORES MALTRATO FÍSICO INFANTIL


Maltrato físico


Cuenta que alguno de sus padres o cuidadores le ha causado alguna vez alguna lesión o que le pegan normalmente.

Parece tener miedo de sus padres o cuidadores, mostrando una conducta hipervigilante y temerosa.

Llora cuando terminan las clases y tiene que regresar a su casa; presenta una inquietud desmedida por el llanto de otros niños.

Se muestra cauteloso con respecto al contacto físico con adultos.

Presenta una paradójica reacción de fácil adaptación a los desconocidos.

Se adapta fácilmente al internamiento en centros sanitarios, escolares y de protección.

Tiene problemas de relación y dificultad de adaptación con otros niños.

Presenta problemas en la escuela o fracaso escolar.

Es pasivo, retraído, tímido y asustadizo con tendencia a la soledad y al aislamiento.

Exterioriza indiferencia y apatía o, por el contrario, impulsividad e hiperactividad motora.

Padece anorexia.

Tiene dificultades de adaptación a las situaciones cotidianas.

Exhibe comportamientos de oposición desafiante, conductas extremas de agresividad o rechazo ante situaciones adversas.

Presenta un estrés emocional no justificado, con ansiedad y miedos.

Tiene una pobre auto-imagen.

Manifiesta una actitud de autoculpabilización y de aceptación del castigo.

Tiene comportamientos autodestructivos y pensamientos suicidas.

Manifiesta sentimientos de tristeza u otros síntomas de depresión.

Tiene problemas del sueño.

Se fuga del hogar.

Comete actos vandálicos o delictivos.

Abusa de drogas y/o de alcohol.

INDICADORES FISICOS MALTRATO FISICO EN NIÑOS

  • Lesiones cutáneo-mucosas
  • Hematomas, contusiones, equimosis, heridas inciso-contusas, laceraciones, erosiones, pinchazos, cicatrices:
  • Tipo de lesión inconsistente con la historia proporcionada.
  • Lesiones múltiples o múltiples tipos de lesiones.
  • Presencia frecuente y reiterada (indicador de especial importancia en menores de tres años).
  • Localización en zonas no habituales y no prominentes: áreas periocular y peribucal, región oral (lengua, mucosa bucal, paladar blando y duro, encías, frenillos), zonas laterales de la cara, pabellones auriculares, cuello, región proximal y postero-interna de extremidades, tórax, espalda, área genital y nalgas.
  • Distribución: ocupan zonas extensas, afectan a varias áreas diferentes y adoptan disposición simétrica.
  • Configuración en formas geométricas no normales, muy delimitadas de la piel sana, reproduciendo la forma del objeto.
  • En distintos estadios evolutivos de curación* y/o de cicatrización.

  • * Evolución de la coloración de los hematomas: 0-2 días: rojo (hemoglobina); 3-5 días: púrpura, azul; 5-7 días: verde, verde-amarillento (hemosiderina); 7-10 días: amarillo, amarillo-pardusco; 10-14 días: pardo (hematoidina).

Diagnóstico diferencial:
        • Lesiones cutáneo-mucosas accidentales: localización en zonas prominentes; formas irregulares; distribución asimétrica.
        • Lesiones cutáneo-mucosas por actos médicos.
        • Autolesiones.
        • Variantes normales: manchas mongólicas; nevus azules; manchas café con leche; hemangiomas; venas prominentes; dermografismo intenso.
        • Prácticas rituales / Terapias tradicionales: escarificaciones, ventosas, digitopuntura, etc.
        • Enfermedades dermatológicas: celulitis infecciosa; angioedema palpebral; dermatitis de contacto; dermatitis facticias; eritema nodoso; eritema multiforme; vasculitis por hipersensibilidad; aplasia cutis.
        • Enfermedades hemorrágicas: leucemia; hemofilia; enfermedad de Von Willebrand; hipoprotrombinemia; déficit vitamina K; púrpura trombocitopénica idiopática (enfermedad de Werlhoff); síndrome hemolítico-urémico; intoxicación salicílica; púrpura fulminante meningocócica; coagulación intravascular diseminada; púrpura reumatoide (síndrome de Schönlein-Henoch).
        • Enfermedades genéticas: disautonomía familiar con insensibilidad congénita al dolor; síndrome de Ehlers-Danlos.
    • Quemaduras y escaldaduras:

      • Incompatibles en extensión, profundidad, localización, distribución y patrón-tipo con la edad del niño, su nivel de desarrollo y con la historia relatada.
      • Presencia reiterada.
      • Localización múltiple y/o bilateral, con frecuencia en región perioral e intraoral, espalda, periné, genitales, glúteos, manos, pies y piernas.
      • Distribución simétrica en forma “de calcetín” o “de guante" (producidas por inmersión en agua caliente); en forma de "imagen en espejo" (palmas de manos, plantas de pies).
      • Bordes nítidos que reproducen la forma del objeto (p. e. plancha eléctrica, parrilla, sartén, cuerda, cigarrillos, etc.).
      • En distintos estadios evolutivos de curación y/o de cicatrización (presencia de quemaduras recientes y antiguas).
      • Frecuente asociación con otros indicadores de abuso sexual.

      • Diagnóstico diferencial:
        • Quemaduras/ escaldaduras accidentales: bordes irregulares; marcas de “salpicaduras”; distribución asimétrica; localización en región antero-superior del cuerpo y/o en zonas descubiertas de la piel; carácter único y casual.
        • Prácticas rituales / Terapias tradicionales: Cao gio (frotamiento con monedas), Moxibustión, Quat sha (aplicación de cucharas calientes), etc.
        • Enfermedades dermatológicas: fotodermatitis; epidermolisis bullosa; síndrome de la piel escaldada por estafilococos; impétigo estafilocócico o ampollar; varicela; otras dermatitis ampollosas.


    • Mordeduras:
      • Reproduce la forma ovoide o elíptica de la arcada dentaria humana (especialmente cuando parecen ser de adulto: distancia intercanina > 3 cm.) y, a menudo, presenta una equimosis central.
      • Recurrentes (aisladas o múltiples).
      • Diagnóstico diferencial: mordedura de otro niño (distancia intercanina < 2,5-3 cm.), mordedura de perro o de otros animales (suelen dejar marcas punzantes o desgarros del tejido); automordeduras (metabolopatías, psicopatías).


    • Alopecia traumática:
      • Presencia combinada de zonas de pelo sano entre zonas arrancadas sin que sigan una distribución determinada.
      • Diferente longitud de pelo en una zona del cuero cabelludo sin explicación aparente.
      • Localización occipital u occipito-parietal.
      • Diagnóstico diferencial: áreas decalvantes por permanencia en decúbito (lactantes); tricotilomanía; enfermedades dermatológicas (tiñas, alopecia areata).

  • Lesiones dentales
  •  
    • Tipo de lesión inconsistente con la historia proporcionada.
    • Decoloración (necrosis de la pulpa) por traumatismo antiguo.
    • Fracturas, desplazamientos o avulsiones.


  • Lesiones osteo-articulares


    • Cualquier fractura/luxación en niños menores de dos años (especialmente si todavía no deambula).
    • Fracturas múltiples y/o bilaterales, en distintos estadios evolutivos de consolidación*.
      * Evolución de las fracturas en el tiempo: 0-2 días: fractura, tumefacción de partes blandas; 0-5 días: fragmentos visibles; 10-14 días: presencia de callo, neoformación ósea perióstica; 8 semanas: callo denso después de la fractura.
    • Mecanismos de producción plenamente discordantes con la capacidad del niño por su edad de maduración.
    • Asociación frecuente con lesiones cutáneo-mucosas, internas, por intoxicación intencionada o por negligencia.
    • Tipos de fracturas más frecuentemente observadas y su especificidad para el maltrato físico [* alta; ** moderada; *** baja]
      • Fracturas metafisarias en “asa de balde” o astilladas*: por arrancamiento secundarias a mecanismo de tracción y torsión simultáneo y forzado.
      • Fracturas de costillas*, en especial si son múltiples y de localización posterior (adyacente al cuerpo vertebral) o lateral: por trauma directo o compresión anteroposterior del tórax.
      • Fracturas de escápula o esternón*: por trauma directo o compresión anteroposterior del tórax.
      • Fracturas de las apófisis espinosas* y fracturas/subluxaciones de los cuerpos vertebrales**: por mecanismo de hiperflexión-hiperextensión forzada o por impacto directo.
      • Lesión epifisaria** con fractura, desplazamiento o desprendimiento.
      • Fracturas digitales**.
      • Fracturas de cráneo complejas (conminutas, con hundimiento o diastasadas) o múltiples**, fracturas cerradas y lineales***: por impacto directo.
      • Fracturas diafisarias en la mitad de los huesos largos***: en espiral (por fuerza rotacional), transversas u oblicuas (por trauma directo perpendicular al eje axial).
      • Fracturas en nariz (huesos propios, tabique) o mandíbula***: por impacto directo.
      • Despegamiento perióstico exuberante por hemorragia subperióstica***; formación subperióstica de hueso nuevo***.
      • Fracturas de clavícula***


    • Secuelas:


      • Desviación, deformación o acortamiento de extremidades (lesiones con afectación del cartílago de crecimiento o con desplazamiento de las epífisis).
      • Lesiones de médula espinal (en lesiones de columna vertebral).


    • Diagnóstico diferencial:


      • Variantes óseas normales: hueso nuevo perióstico fisiológico, sutura craneal aberrante, conductos de Havers, irregularidades corticales, picos y espolones, imagen en copa del extremo distal del cúbito, defectos de osificación de las costillas.
      • Traumatismo obstétrico.
      • Enfermedades neuromusculares: insensibilidad congénita para el dolor, parálisis cerebral, mielodisplasia.
      • Displasias esqueléticas: osteogénesis imperfecta, hiperóstosis cortical infantil (enfermedad de Caffey).
      • Osteoporosis.
      • Osteodistrofia renal (hiperparatiroidismo secundario).
      • Toxicidad: osteodistrofia por Metotrexato, terapéutica de prostaglandina, hipervitaminosis A.
      • Infecciones: sífilis congénita, osteomielitis.
      • Neoplasias y enfermedades asociadas: leucemia, neuroblastoma metastático, histiocitosis X, osteoma osteoide, quiste óseo esencial.
      • Defectos nutricionales: escorbuto, raquitismo, deficiencia de cobre.
      • Síndromes genéticos raros: Síndrome de Menkes, Mucolipidosis II (enfermedad de célula I), Disóstosis cleidocraneal, Síndrome de Hajdu-Cheney, Enfermedad de Hutchinson-Gilford, Homocistinuria, Hipofosfatasia, Osteoporosis-pseudoglioma.
      •  
  • Lesiones orgánicas internas: aisladas o asociadas a otras manifestaciones traumáticas, por intoxicación deliberada o por negligencia, que apoyan el diagnóstico.


    • Intracraneales:
      • Sospechar maltrato ante: lesión intracraneal grave producida, supuestamente, por caída sin testigos o por caída desde poca altura (alturas inferiores a 1,20m: cama, cuna, sofá, cambiador, inodoro, etc.), especialmente si es menor de 1 año.
      • Síntomas/signos clínicos: convulsiones, trastornos agudos de la conciencia (coma, letargo, somnolencia, etc.), hipotonía, irritabilidad, signos neurológicos, signo de Battle (equimosis cerca del vértice de la apófisis mastoides varios días después de una fractura de la base del cráneo), rechazo del alimento, vómitos, hipotonía, alteraciones en el ritmo respiratorio (incluso apnea), síntomas inespecíficos (confundibles con enfermedades leves).
      • Lesiones más frecuentemente observadas: hemorragia/hematoma subdural (agudo, unilateral o bilateral, sobre las convexidades o interhemisférico), hemorragias subaracnoideas, edema cerebral, focos de contusión cerebral, infartos isquémicos, hematoma epidural.
      • Mecanismos de producción: impacto directo sobre el cráneo; aceleración-desaceleración de la cabeza de atrás adelante ("Síndrome del niño zarandeado"); compresión de la arteria carótida primitiva ("Síndrome de estrangulamiento"); aceleración rotacional brusca de la cabeza por traumatismo contuso en el oído ("Tin ear syndrome"); compresión persistente y violenta del tórax.
      • Diagnóstico diferencial de hemorragia subdural en lactantes y niños: traumatismo accidental; traumatismo obstétrico; malformaciones congénitas (malformación arteriovenosa, aneurisma, quistes aracnoides), coagulación intravascular diseminada; hemofilia u otro trastorno hemorrágico hereditario; infección (meningitis, herpes simple); trastornos metabólicos (aciduria glutárica tipo 1, linfohistiocitosis hemofagocítica, enfermedad de Menkes, osteogénesis imperfecta); efecto de la radiación o de la quimioterapia; tumor; vasculitis (enfermedad de Kawasaki, intoxicación por plomo, moyamoya, lupus eritematoso sistémico); deficiencia de vitamina K en el neonato.
      • Secuelas: Lesiones cerebrales permanentes e irreversibles (atrofia cerebral focal o global, dilatación ventricular, encefalomalacia, porencefalia, hematomas subdurales crónicos); Cuadros clínicos: parálisis cerebral, disfunciones motoras importantes, ceguera cortical, trastornos convulsivos, hidrocefalia, microcefalia, retraso mental, problemas del aprendizaje, motrices o conductuales.


    • Oculares:
      • Mecanismos de producción: impacto directo sobre el ojo y similares a los de las lesiones intracraneales.
      • Lesiones más frecuentemente observadas: hemorragias retinianas (cuando son bilaterales, numerosas y afectan más de una capa de la retina, sin edema de papila o enfermedad subyacente, sugieren firmemente traumatismo de cráneo no accidental y hay que sospechar maltrato), retinosquisis, desprendimiento de retina, pliegues maculares, placas lacunares retinianas, hemorragia vítrea, hemorragia del nervio óptico, edema corneal, queratitis, opacidad corneal, cataratas traumáticas, subluxación del cristalino, atrofia del iris, sinequias irido-cristalinas, glaucoma post-traumático.
      • Secuelas: cicatriz macular, atrofia óptica, ceguera.


    • Óticas:
      • Mecanismo de producción: impacto directo sobre zona periauricular; traumatismos crónicos sobre el pabellón auricular.
      • Lesiones más frecuentemente observadas: otorragia, hemotímpano, desgarro o perforación timpánica, lesión de los huesecillos, deformación del pabellón auricular (“oreja en coliflor”).
      • Secuelas: hipoacusia conductiva o neurosensorial, sordera.


    • Viscerales y torácicas:
      • Mecanismo de producción: impacto directo; compresión contra la columna vertebral.
      • Cuadros clínicos: abdominal inespecífico (distensión, dolor, vómitos y/o hemorragia); abdominal obstructivo; alteraciones analíticas (anemia, hematuria, aumento de la amilasa, lipasa y transaminasas hepáticas).
      • Lesiones más frecuentemente observadas: hematoma duodenal intramural; pseudoquiste pancreático; pancreatitis hemorrágica; ruptura gástrica, duodenal, yeyunal, ileal o cólica; hematoma yeyunal, ileal o retroperitoneal; desgarro mesentérico y hepático, con contusión; ruptura del colédoco; estenosis ileal; hemoperitoneo y ascitis quilosa post-traumática; edema, contusión y hematoma pulmonar; contusión esplénica y renal; hemotórax, neumotórax o quilotórax.